SINOPSIS Y FICHA TÉCNICA:
Vicente Maldonado, regresa a Chile luego
de haber vivido un tiempo en Los Ángeles (USA), a pasar el verano en la casa de
playa de su madre. Es un joven imprudente y algo solitario; pero una de esas
noches rutinarias de perseguir chicas y tomar copas su vida cambiará para
siempre. Se convierte en el principal sospechoso de un atropello con huida que
causa la muerte de un pescador local. "Yo
no era quien conducía", afirma; pero sus recuerdos son confusos. Lo
que sí recuerda es haber estado en el coche y que el conductor era el hijo de
un poderoso político.
Ficha Técnica:
Título: "Aquí no ha pasado nada"
Año: 2016
Director: Alejandro Fernández Almendras
Duración: Una hora y treinta minutos
País: Chile
Como siempre, en
la sección de “RESUMEN” encontrarán
una pequeña reseña “SIN SPOILER”
sobre la película.
ANÁLISIS:
La película nos sitúa en la quinta
región, específicamente en la zona de Zapallar; el balneario más acaudalado por
la clase acomodada, o al menos de conocimiento global por los chilenos. Se nos
presenta al personaje, Vicente Maldonado, un veinteañero, un joven de padres
adinerados y divorciados quien no sabe muy bien qué hacer con su vida. Aquí se
nos hace énfasis a la gran problemática de los jóvenes con recursos, quienes
tienen todo para alcanzar sus metas pero que las desperdician gracias a las
múltiples oportunidades que les da su estatus económico y social. Bajo este sistema
vive el protagonista, quien se codea con personajes tan o más adinerados que
él, como es el caso del joven Larrea (que en la vida real es Martín Larraín), con
quien su vida cruzará, enfrentándolo a una realidad más alta que él mismo.
Se nos presenta una serie de sucesos
(que es aquí donde para muchos la película peca en lentitud, siendo que son los
hechos que nos llevarán a lo importante) donde se creará una confusión en
cuanto al atropello, y que también se le inculpará al protagonista por eso. El
gran error de Vicente fue descontrolarse a tal punto que no recuerda gran parte
de todo y por lo mismo, los demás lo inculparán. Vemos a un personaje quien es
acusado por el atropello para que el quien fuera manejando no vaya a la cárcel.
Apreciamos un mundo insólito en nuestro raciocinio de personas no acomodadas,
donde ese cinco por ciento de la población haga lo que haga, jamás irá a la
cárcel como dice la misma premisa de la película, y a pesar de que el
protagonista es una persona acaudalada, nadie es más poderoso que el hijo de un
político, solo él es intocable.
Por supuesto que, y como todos sabemos,
nadie fue a la cárcel. Por lo tanto, nadie paga por el asesinato, y allí
también es culpable la familia del asesinado, quienes aceptan la suma de dinero
ofrecida tanto por los Larrea, como por la madre, y el tío abogado del
protagonista. Nos enfrenta a una realidad que es difícil de aceptar, pero que
desgraciadamente es la verdad del mundo en que vivimos; el dinero vale más que
una vida. Pero de ello hablaré más adelante…
Cabe destacar las estupendas
actuaciones de Paulina García y Alejandro Goic, quienes son las almas vivas del
largometraje, interpretando Paulina García a una madre preocupada pero
perturbada por el dinero, y Alejandro Goic a un abogado con humor negro quien
está dispuesto a ayudar a su sobrino, pero que debe afrentarle con una realidad;
a veces se debe agachar la cabeza ante personas que solo te pueden llevar a la
ruina. La aparición de Luis Gnecco como Gustavo Barría, abogado de los Larrea,
quien conversa con Vicente en la playa, nos desvela al mayordomo de la familia
con más poder en Chile y su modo de pensar como también de influir al
protagonista en su última decisión; no destaco su actuación porque no le
pudimos ver en demasía, y no me parece un actor tan rimbombante como dicen las
críticas falderas por allí. En cuanto a Agustín Silva quien interpreta al
protagonista, los hermanos Silva tienen talento, siempre lo he dicho, pero en
cuanto al hermano menor, me parece que ha sido una interpretación correcta, es
un personaje despreocupado pero también contenido, sin saber que hacer en su
vida y se le interpreta bien de esta manera.
Algo que siempre he criticado en las
películas de Alejandro Fernández Almendras, son los protagonistas pasivos que
posee, y en esta por desgracia no es la excepción, siendo que es un personaje
que está bien construido en cuanto a su adultez como un joven adinerado
“libre”, esperé ver en algún momento un arrebato de ira o de alguna emoción más
fuerte por las acusaciones en su contra, alguna especie de “explosión del
personaje” como se esperaría de un joven con esas características y quien pudo
haberlo hecho en varias escenas de la película, pero que no se mostró; con ello
deja un sabor de boca medio amargo. Me han dicho por allí que esa es también la
actitud del chileno, alguien contenido que a pesar de todo le cuesta y no
explota, se conforma con su situación o como de ahora en adelante debe vivir; y
puede ser, no lo niego, pero creo que ese es un gran error en el nuevo cine
chileno. Cada vez estamos más expuestos, cada vez hay más injusticias, cada vez
nos topamos con situaciones desagradables en la vía pública como en la
familiar, y cada vez estamos explotando más ante todo esto; insisto eso falto
de ver en la película.
Con
respecto a los aspectos técnicos, la dirección está bien utilizada, el uso de
planos cerrados en momentos de intimidad emocional o abiertos en los físicos,
te hacen reforzar los pensamientos poco preocupados del protagonista, los planos
secuencias bien definidos como al director le gusta utilizar, claro que eché de
menos planos más abiertos y fijos como se vio en Matar a un Hombre, sobretodo
con un director de fotografía como es Inti Briones, creo que los planos
demasiado cerrados en conjunto al secuencia (al mismo tiempo) no son su fuerte y
el desenfocado estuvo demasiado utilizado a tal punto que a veces te
descolocabas, entiendo que esto se ve más al principio de la película
reforzando también la caosis psicológica del personaje al estar bebido y no
comprender lo que ocurre, pero el espectador no está emborrachado, no hacia
falta reforzarlo hasta ese punto. En cuanto al montaje, es fluido, sin grandes saltos
por lo que está de acuerdo con ella. Por otro lado, mucha utilización de música,
había escenas en que mejor hubiese servido el silencio, como es la escena en
que Vicente maneja enfadado y a punto de quebrarse. Claro destaco el sonido como el diseño sonoro de la película, diálogos que se percibían con mucha claridad como sus fondos, mejoró mucho el aspecto sonoro en comparación con anteriores películas, entiendo que hay más presupuesto en esta y por lo mismo tener un fallo de ese calibre sería inaceptable, pero de igual forma lo destaco.
Por supuesto que todos
estos puntos son discutibles, pero siento que vale mencionarlo.
En cuanto al tema que había hablado más arriba, ahora me centraré en las aristas de la película, sus críticas, y en
ello vemos varias (el que esté basada en un caso real y tan actual, no es solo
sinónimo de ir a ver la película por este hecho); una de esas aristas es la
crítica a la adultez vacía, la cual es la que más se aprecia en el film (esto
no solo ocurre en la alta sociedad, lo vemos también en clases intermedias y
bajas, pero con más demarcación en la alta y baja), apreciamos jóvenes que a
pesar de haber cometido un acto que para muchos es imperdonable y que no
debería dejar dormir con tranquilidad, para ellos es como si hubiesen
atropellado a un perro en plena carretera… algo que no importa en demasía, y es
que eso mismo representa la clase baja para personas con poder, simples peones
a quienes se quiere utilizar o al contrario, desaparecer si se es necesario.
Este ejemplo se ve no solo en la escena del atropello al pescador, sino también
cuando el protagonista distrae al guardia que custodia los fuegos artificiales,
con trago y una anécdota típica de escolar adinerado que realmente a nadie
importa ni divierte más que a él, enfrentado a una persona quien sufre de un alcoholismo
pasado. Allí vemos el desinterés de aquellas personas con poder quienes se
vuelven apáticas ante los demás, ante el guardia, ante el pescador, ante el
ochenta por ciento de la población en Chile.
Otro ejemplo es la vida monótona del protagonista,
quien debería estar conmocionado ante los hechos que le ocurren, pero solo piensa en como no se le incrimine y en noches de idilio con una chica tan
vacía como él, sin siquiera un pequeño remordimiento por lo ocurrido, solo está centrado en la injusticia del atropello.
Otra crítica está en este sistema de
leyes tan fácil de remover con el poder del dinero y la influencia política.
Uno puede quitarse de encima cualquier hecho, aunque no todos con la misma suerte,
como es el caso del protagonista, pero que finalmente puedes jugar con buenas
cartas cómo deshacerte del problema, pagando a la familia, rehaciendo los
testimonios, y las típicas firmas mensuales; hasta el punto de no tener ningún
antecedente penal, como si hubieses robado un jamón en el supermercado.
Y la crítica más importante, como el
dinero vale más que la vida de un ser humano. Esto no es nada nuevo, es de
conocimiento público, pero cada uno sabe cómo le afecta este tema, y aunque lo
vemos una y otra vez, sabemos en el fondo de nuestro ser que esto esta mal, que
debería indignarnos, algo que sucede, pero que desgraciadamente la gente olvida
o no quiere ver, algo por lo que atraviesa el protagonista en la última escena
quien agacha la cabeza ante la supremacía económica del país, haciendo ver
justamente el título de éste film… "Aquí no ha pasado nada".
RESUMEN:
Creo y siempre lo he dicho con toda
fuerza; el cine latinoamericano debe apuntar a lo social. El cine debe ser una
mezcla entre el arte y la expectación. Lograr que sea artístico como también
que llegue a las masas, porque vive del comercio. Cuando encuentras esa media,
llegas a todas partes. Apuesto por películas como esta, porque creo son el
futuro patrimonio de nuestro país. Debemos hacer pensar a las personas lo que
vivimos hoy, no negarlo, no hablar de ello solo en Twitter y Facebook para
luego olvidarlo. Debemos demandarlo, y a pesar de las nuevas tecnologías, no
hay mejor medio de protesta que el arte, por supuesto utilizándolo de una forma
que subliminalmente nos llegue, porque cuando se convierte en un panfleto
pierde toda su gracia. “Aquí no ha pasado nada” apuesta por eso, a demandar
públicamente una situación que nos indigna como sociedad, que hace vomitar a la
gran masa vulnerable que trabaja día a día por una vida mejor, que mira con
odio a quienes pueden librarse de injusticias a través del dinero. Apreciarás
cómo esos pocos usan las burocracias y errores legales a su favor con una
impunidad descarada y sin remordimiento alguno. Encontrarás en esta película
una crítica no solo a la burguesía, sino también al propio ser humano, su
maldad, su poca empatía y su naturaleza autodestructiva. Una película que todos
tendríamos la obligación de ver.
LEMA ENTRE PELÍCULAS Y LETRAS:
1.- No doy estrellas, ni tomates en mis críticas.
2.- No digo que algo es bueno o malo porque eso lo dejo a criterio del espectador o lector.
3.- Mis críticas se manifiestan desde una base con argumentos gracias a que estudie sobre ello.
Solo doy mi punto de vista desde una forma constructiva y sana para que sigamos apreciando lo que hay detrás de cada libro, película y juego… aquellas cosas que nos repletan de emociones y que nos ayuda a ser más conscientes de nuestra realidad.
¡GRACIAS POR LEER ESTA RESEÑA!